
El primer invento del robot aspirador apareció en 1996 por Electrolux. Aunque inicialmente funcionó bien, tuvo problemas para chocar con objetos y dejar zonas sin limpiar. Debido a estas limitaciones, se detuvo la producción, permitiendo la entrada de otras marcas al mercado.
Posteriormente, la empresa Dyson en Gran Bretaña creó el DC06 en 2001, pero su elevado precio impidió su producción en masa. Luego, iRobot lanzó Roomba, que cambia de dirección al encontrar obstáculos, detecta zonas sucias y cuenta con herramientas para evitar caer por escaleras.
Con el tiempo, el robot aspirador se hizo bastante popular, inspirando a otras empresas. Roomba tiene ahora alrededor de 40 modelos en varios rangos de precios. Neato Robotics lanzó el XV-11 con visión láser y otras empresas también han invertido en esta tecnología robótica.
Sin embargo, algunos aspectos negativos también son recurrentes en los dispositivos. Por ejemplo, requieren más tiempo para limpiar completamente el ambiente que otras aspiradoras.
Por lo tanto, puede que esta no sea una buena idea para quienes quieran limpiar toda la casa rápidamente y de una sola vez.
Además, sólo funcionan en superficies planas, lo que hoy en día es su principal defecto. Por lo tanto, los dispositivos pueden tener problemas con alfombras más gruesas y es posible que tampoco puedan limpiar las escaleras.
Además, algunos roboVacs, como el robot Roomba, suelen tener baterías de repuesto muy caras.
Por tanto, sus sensores no funcionan a la perfección y el robot puede acabar atascado en algunos lugares, siendo necesario soltarlo manualmente.
Sem falar, que os RoboVacs possuem a opção de encontrar sua própria estação de encaixe. Mas, às vezes, pode não conseguir encontrá-la.
Por lo tanto, todavía no es posible utilizar el robot únicamente para mantener limpia la casa. Para suciedad más espesa, se recomienda utilizar aspiradoras habituales y utilizarlas únicamente para la limpieza diaria.