
Normalmente, la salsa blanca no sólo se utiliza como base para platos como la pasta. Por lo tanto, también se utilizan para otras variaciones de platos. Además, es una receta sencilla y económica que utiliza muy pocos ingredientes. Normalmente, la mayoría de ellos se pueden encontrar en casa, sin necesidad de salir a comprarlos. Por lo tanto, la pasta rociada con salsa blanca, es el tipo de receta que vale la pena saber hacer en cualquier ocasión.
Como hemos visto anteriormente, esta receta es apta para los más variados tipos de platos. Por tanto, puedes utilizarlo sobre cualquier tipo de pasta, tostadas y también algunos tipos de verduras. Además, también puedes agregar las especias que prefieras a la salsa blanca. También puedes agregar tocino, salchichas, pollo, queso y otros ingredientes.
Además, también puedes cambiar el espesor de la salsa según tus preferencias. Así, podrás variar el grosor según la combinación que desees. En este caso, como la salsa es para pastas ricas, lo ideal es que quede más cremosa.
En definitiva, veréis que sencilla y fácil de hacer esta receta de pasta en salsa blanca. Principalmente para aquellos que empiezan a cocinar y aún no conocen recetas más elaboradas. Evidentemente, comprar comida preparada aporta mucha más comodidad. Sin embargo, si te gusta conocer el origen de lo que comes, vale la pena arriesgarte en la cocina. Además, nada se compara con un condimento casero hecho con amor.
Además, se trata de un tipo de plato versátil, en el que puedes hacer varias variaciones para no aburrirte. Entonces, si eres fanático de la pasta y las verduras con salsas blancas, esta receta es genial. Pues la comida más sencilla y rápida que hagas tendrá al final un toque único y especial.
Sobre todo, es importante recordar que la salsa queda aún mejor si le añades la pasta apenas esté lista. La pasta terminará de cocinarse en la salsa y absorberá más sabor. Pero también puedes ponerlo en el plato si lo prefieres. Normalmente lo ideal es hacer la salsa y la pasta cuando vas a comer. Sin embargo, si es necesario, puedes guardar la salsa durante 2 o 3 días en el frigorífico.
Primero que nada, comienza colocando la pasta en agua hirviendo con sal y aceite de cocina, déjala reposar al dente. A continuación, al iniciar esta receta, comenzarás colocando la mantequilla en una sartén. Luego, agrega la cebolla, la pimienta negra, la sal y revuelve.
Poco después, cuando la cebolla esté dorada, añadimos la nata. Ahora, en otro recipiente, disuelve la maicena junto con la leche y agrégala a la salsa. Además, es importante seguir revolviendo para evitar que se formen burbujas en la salsa. Por otro lado, también es importante no dejar el fuego muy alto, ya que se podría quemar y la salsa no quedará clara.
Finalmente, en cuanto la salsa esté más firme, apaga el fuego y agrega el queso, revolviendo constantemente para evitar que se pegue. Ahora sírvelo de la forma más chic posible. Además, puedes agregar queso rallado y orégano encima.
Esperamos haberte ayudado con esta receta que desde el blog Curiosidade Central preparamos especialmente para esa reunión familiar. De esta manera, ¡esta es una pasta cubierta con una salsa blanca clásica y perfecta! El plato ideal para ocasiones especiales.